domingo, 19 de mayo de 2013

Operación Metamorfosis

Los niños crecen..., crecen..., crecen... Pero su ropa no!
Mi peque, concretamente, crece a lo alto que es una barbaridad. Pero de ancho conserva la línea que es un gusto... Ya quisiera yo!
Total, que los pantalones se le quedan cortos en menos que canta un gallo, aunque de cintura le siguen quedando perfectos..., o incluso anchos aún.
Y es que me da tanta pena deshacerme de sus pantalones tan nuevecitos, que he pensado: ¡pues a reciclar se ha dicho! Y de paso ahorramos un poco en ropa, que nunca viene mal.
Pues con estas, he puesto en marcha la Operación Metamorfosis, que no es otra cosa que convertir unos pantalones vaqueros, prácticamente nuevos, en una faldita vaquera con vistas a la primavera que, quiera o no quiera, algún día terminará llegando.


 Me lié la manta a la cabeza y me lancé a cortar...


Uní de aquí y de allí..., hice unos cuantos pliegues...



Corté la mitad del volante añadido, y como colofón he puesto un pasacintas que tenía olvidado en el costurero, más que nada para que no quede tan sosa... Et, voilà!



Me ha quedado un poco asimétrica en largo... pero estoy orgullosa del resultado, y a mi peque le ha encantado y me ha felicitado con un abrazo de los que te hacen olvidar todo lo malo... jeje.

¡Hasta la próxima! ;)

miércoles, 8 de mayo de 2013

De vuelta...

Puffff... Casi un año ha pasado desde mi última entrada. Y es que han pasado muchas cosas..., pero la principal y la que me ha tenido más preocupada es la salud de mi madre.
Desde el verano pasado ha ido de mal en peor, y no sólo de una cosa...
Primero fue la espalda, que la tuvo dos meses postrada en la cama.
Cuando ya la iban a operar de la espalda, en febrero, en el preoperatorio le ven que tiene bastante anemia y desaconsejan la operación.
Con los hematólogos y las pruebas que le hicieron encontramos que tenía varices en el esófago y el intestino, además de su problema hepático y una erosión en el estómago. Y que por todo esto, que puede sangrar y sangra internamente de vez en cuando, se le había producido la anemia.
Con hierro se recupera de la anemia, pero su hígado no funciona bien y le produce una descompensación hidrópica (acumulación de líquido en el abdomen) bastante importante, por la que tiene que ingresar en el hospital para que le ayuden a eliminar ese líquido.
Después de quince días ingresada volvemos a casa, pero justo el día anterior a recibir el alta empezó a tener vértigos, y aún con la medicación para ello, no mejora. Comienza a tener vómitos y, a los diez días de estar en casa, tenemos que volver al hospital porque no ha bebido suficiente agua tras los vómitos y se ha deshidratado, por lo que el riñón también ha empezado a fallar.
Por suerte, el riñón se recuperó bastante rápido y estuvo ingresada sólo tres días. El contrapunto es que el hígado sigue fallando y hemos pasado a otra fase... la encefalopatía hepática; cuando el hígado no funciona correctamente, no es capaz de eliminar las toxinas y éstas suben al cerebro, lo que le produce ausencias, despistes, etc., que aún no son muy acentuados, pero la evolución nunca va a mejor...

Y os preguntaréis..., ¡¿porqué todo este rollo?!
Pues perdonadme... pero necesitaba desahogarme, tanto como respirar.

En fin..., que quiero... ¡no, necesito! volver a hacer cosas y despejar mi mente aunque sólo sea a ratos. Así que he decidido volver a este blog y volver a enseñaros lo que vaya haciendo, aunque sea de tarde en tarde.

De nuevo os pido disculpas por haceros partícipes de mis angustias y desvelos.